Cada Navidad empachamos y saturamos a los más pequeños de la casa con multitud de regalos. Llegan a recibir hasta 10 o más regalos, datos realmente alarmantes. ¿Es el caso de tus hijos? , ¿Vivís unas Navidades consumistas?.
Socialmente hemos llegado a un nivel de consumismo tan alto, especialmente en fechas Navideñas, que podemos hablar de dos momentos o miradas de la navidad. La Navidad vista materialmente, desde el consumismo, el bombardeo de publicidad de tiendas, catálogos y anuncios, con la atención concentrada en los regalos.Y por otro lado tenemos la Navidad vista desde el espíritu navideño, donde las ganas por compartir con los demás, la alegría y la generosidad se puede respirar en el ambiente.
Dos visiones que, según cada casa, a veces se solapan y conviven en armonía, buscando un equilibrio donde no se pierda el norte comprando y regalando, y aquellas casas donde la visión navideña más materialista ha cobrado tanta fuerza, que ha hecho que hablemos, ya desde hace años, de la “Regla de los 4 regalos”. Pincha en el enlace, te cuento las 4 reglas más frecuentes que se mueven por las redes, y las 4 reglas que desde un punto de vista más pedagógico sería lo correcto estar hablando para la elección de los 4 regalos para los niños.
Pero en referencia a la cantidad, lo importante es que entre todos los regalos que va a recibir tu hijo, estemos hablando de entre 3-4 y 5 regalos a lo mucho.
En aquellos casos en los que hablamos de una cantidad tan exagerada de regalos, cerca o más de 10, ha hecho que algunos de esos niños sufran ansiedad por poner más y más cosas en la lista de Papá Noel o Reyes Magos, o sufran de ansiedad a lo largo de las fiestas por la frustración que les causa la espera hasta el momento de abrirlos. Incluso está fomentando cambios de conducta y forjando niños cada vez más egoístas, caprichosos e impulsivos. Características negativas que han hecho que desde el ámbito psicológico se hable desde hace tiempo del “Síndrome del niño hiperregalado”.
Haber llegado a este punto es realmente alarmante a nivel social, pues estamos educando niños sin valores, y deberíamos tomar seria conciencia sobre ello.
Por eso yo te invito a que estas Navidades te plantees una serie de preguntas que aquí te comparto. Se trata de que hagas autocrítica de la mirada que dirige vuestras Navidades y descubras qué puedes cambiar de ella.
Hazte estas preguntas, y contesta con sinceridad:
- ¿Qué mirada de la Navidad predomina en tu hogar? Una mirada más consumista y materialista, enfocada a los regalos, o más vivencial, de convivencia y buenos deseos.
- ¿Qué trasmites a tus hijos desde la mirada navideña que vives en casa? Les trasmites la belleza y espíritu de las celebraciones familiares, el amor, la generosidad, el disfrutar de lo sencillo, la ilusión. O por el contrario la ansiedad por recibir algo material, la impaciencia, o la exigencia.
- ¿Cuántos regalos va a recibir?,¿Dicha cantidad es coherente, proporcionada? No pienses solo en lo que tú le comprarás, piensa en lo que va a recibir en total, contando abuelos, tíos…
- ¿Compras con cordura y teniendo en cuenta qué compras realmente? ¿o compras de forma impulsiva porque al final reducimos el pensamiento a “Navidad igual a regalos”?
- ¿Quieres cambiar la mirada o la cantidad de regalos que recibirá tu hijo, pero no sabes cómo gestionarlo con el resto de la familia?. La comunicación es la clave.
- ¿Sabes qué debes tener en cuenta a la hora de comprar los regalos a tus hijos/nietos o sobrinos? No siempre las recomendaciones de las tiendas ni de la publicidad son las más adecuadas. Cada niño, edad, y etapa de juego es diferente. Si tienes dudas, busca asesoramiento de un profesional del juego y la educación.
- ¿Realmente cual es tu intención al regalarle cada juguete? Simplemente regalar por regalar, regalar algo para que “se entretenga y no moleste”, compensar el tiempo que no juegas con él, que se divierta y aprenda, que le sirva al hermano…
Para concluir, decirte que no te dejes llevar por la inercia social de regalar por regalar. Solo cada uno de nosotros somos los únicos responsables de ser consumistas. Rompe con esa dinámica materialista y céntrate en la ilusión y el espíritu navideño más allá de los regalos. Disfrutaréis la navidad con otra energía, con otra calma, y sin duda de forma más enriquecedora.
Si ya tienes un equilibrio, enhorabuena, y sino, estoy segura de que lo encontrarás 😉
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado