Arranca la Semana Santa y quizás algunas familias aprovechéis la ocasión para salir de la Isla. Tanto si cogéis vacaciones como si solo contáis con los días festivos, es una ocasión perfecta para tomaros un descanso y coger energía para la llegada de la temporada. Y si eres de los que viaja con niños pequeños, en las pitiüsas el porcentaje de menores de 10 años empadronados, está en el 10% en Ibiza y 8,9 % en Formentera; toma nota, porque hoy os voy a dar ideas para hacer los viajes con niños más amenos y divertidos para ambos.
Cuando viajamos con niños, todos hemos experimentado o visto alguna vez cómo puede convertirse en una tortura para niños, padres y demás viajeros. Siendo frecuente ver que la opción para que esto no ocurra, es ponerle al niño una tablet con dibujos o aplicaciones infantiles. Pero aún con esta opción, cuando hay que cerrar el dispositivo, subir la bandeja del asiento delantero, etc. es probable que el niño actúe con una rabieta. Momento en el que el adulto termine por ceder para evitar la situación, volviendo a encender el dispositivo. De esta manera no evitamos el problema ni sacamos algo positivo del viaje. Así que, para que esto no ocurra es clave poner límites y poner en marcha estrategias lúdicas para que nuestro hijo se sienta relajado y todos disfrutemos del viaje.
Como hablamos el domingo pasado con el uso de tablets o móviles en menores y como el neuropsicologo Álvaro Bilbao remarcaba en su entrevista en el Diario de Ibiza a principios de Febrero; la cual se ha convertido en viral, siendo la publicación de este periódico más leída de lo que va de año, debemos intentar que las tecnologías no dominen el tiempo de ocio de nuestros hijos ni sean una mera guardería. Podemos usarlas como complemento, pero siempre con límites y de forma equilibrada dando tiempo a la comunicación, juegos tradicionales y a la participación padre e hijos. Y para esto, los viajes son una oportunidad perfecta.
Cambiemos la actitud de pensar en el vídeo o la aplicación que voy a poner en la tablet o el móvil para entretener al niño, por aprovechar el tiempo de viaje para jugar, hablar y compartir el momento con él. Siempre repito, todo dentro de un equilibrio puede ser válido, por lo que si el viaje va a ser largo, etc. un pequeño juguete que le guste, un cuento, materiales para pintar o en un momento dado un vídeo, también son buenas opciones que nos permitirán tener ese momento propio durante el viaje. Y para ayudaros a romper esta situación os dejo una lista de juegos sencillos, tradicionales, fáciles de hacer en cualquier momento y lugar, de poco tiempo de duración y mediante los cuales hijos y padres no viajaréis juntos, sino que compartiréis la experiencia de viaje.
JUEGOS DE MANOS
- Juego de las palmas: tradicional juego de hacer chocar las palmas de las manos de los jugadores de diferentes maneras, mientras se canta una canción. Podemos hacerlo sin canciones, memorizando una secuencia de formas de chocar o de forma espontánea.
¿Qué ponemos en marcha al jugar? Motricidad fina, coordinación ojo-mano, reflejos y memoria (si antes elaboramos la secuencia).
- Calienta manos: juego tradicional de reflejos que consiste en colocar nuestras palmas de las manos boca arriba y las del otro jugador boca abajo sobre las nuestras (pero sin tocarnos). El que tiene las manos boca arriba a de sacarlas rápido de debajo de las del compañero ( una o las dos manos) para tocar la mano del contrincante antes de que él las retire.
- Lucha de pulgares: se trata de unir las manos derechas de los jugadores, dejando libre el pulgar. Así los pulgares entrarán en una lucha por atrapar al otro pulgar. Pueden jugar más de dos personas, uniendo todos la misma mano.
¿Qué ponemos en marcha con estos juegos? Motricidad fina, reflejos, velocidad e iniciación al pensamiento estratégico.
La edad para estos tres juegos, adaptando el movimiento, puede ser a partir de dos años.
- Los chinos: es un juego de azar y se necesitan monedas. También puede recibir el nombre de chinchimoni y consiste en intentar adivinar el número total de monedas que los demás jugadores sacan en su mano cerrada. Se utilizan 3 monedas por jugador y se pueden sacar 0, 1, 2 o 3 monedas.
Se puede jugar a partir de 3 años. Y a partir de cinco años se puede añadir dificultad al juego, intentando adivinar el total de monedas que habrá, sumando las supuestas que creemos que tiene el otro jugador y las que yo sé que escondo en mis manos. Podemos empezar por hacer la suma una vez se descubran las cantidades que hay en las manos de todos los jugadores, o realizando el cálculo antes de abrir las manos, para lo que se requiere un pensamiento estratégico.
JUEGOS DE OBSERVACIÓN, CREATIVIDAD Y LENGUAJE
- El inventor de palabras: uno de nosotros tendrá que inventarse una palabra y el otro jugador inventará el significado que podría tener dicha palabra. Podemos incorporar la variante de poder decir una palabra real, y estar atentos para decir el significado correcto.
- Veo, veo… y yo también : consiste en ir diciendo uno cada uno diferentes cosas que vemos a nuestro alrededor. Para ello diremos “veo, veo… maletas” y el otro jugador responderá “yo también” cuando haya encontrado a su alrededor el objeto mencionado.
- Cadeneta de palabras: cada uno irá diciendo una palabra, la única regla es que debe comenzar por la letra que termina la palabra que ha dicho el otro jugador. Podemos incorporar multitud de variantes según la edad, encadenando las palabras por sílabas, letra y temática, sinónimos o por el igual en otro idioma, etc.
- Cuentos alocados : se trata de crear cuentos diferentes e imaginativos. Y podemos hacerlo de diferentes maneras. Uno dice palabras que el que cuenta el cuento tiene que ir añadiendo a la historia (inventada o conocida). O bien cada jugador ha de ir diciendo una frase del cuento.
- Juego simbólico: Podemos llevar un pequeño juguete relacionado con el viaje, como puede ser un avión, coches, trenes… o algún animal o muñeco del tamaño de la mano. Con ello podremos poner en marcha el juego simbólico representando historietas, o incluso nuestro propio viaje.
A estos juegos podemos jugar con niños a partir de los dos años y medio o tres años, adaptando siempre la dificultad de las palabras o elementos del juego. Y ¿qué ponemos en marcha al jugar en estos casos? Activamos el lenguaje, el vocabulario, la observación, la memoria, la imaginación y la creatividad.
¡Buen y divertido viaje!
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